El siguiente es un diálogo hipotético entre un comunicador cristiano latinoamericano y un productor de cine de Hollywood:
– ¿Así que tú querer que yo invertir varios millones de dólares en hacer una película sobre este José de la Biblia, a quien tú llamar un verdadero héroe?
– Eso es correcto Mr. Thompson, necesitamos mostrar verdaderos modelos a seguir, personas reales, de carne y hueso, que nos transmitan valores para mejorar nuestra sociedad. James Bond es un personaje ficticio, además no es un buen modelo, es un señor que mata a otros como si fueran insectos y no tiene problemas de conciencia. Él no es un hombre que sepa amar a una sola mujer y consagrarse a ella y serle fiel, sino que cada noche duerme con una diferente y aún así jamás se contagia de SIDA. El Agente 007 no representa al hombre que trabaja abnegadamente para disfrutar de sus bienes en compañía de su familia, no, este señor malgasta todo el dinero en licor, cigarrillos, casinos, mujeres y lujos. Dilapida el dinero de los contribuyentes, crea el caos vehicular por donde conduce, origina choques y explosiones por todas partes y golpea a la gente gracias a que es un buen peleador. Él no es un verdadero modelo de amor y paz.
– ¿Y este José de la Biblia tú creer que sí ser un verdadero héroe?
– Claro Mr. Thompson. Primeramente este señor sí existió, la egiptología lo presenta como un “visir”, la segunda autoridad después del faraón, un judío del siglo XVII antes de Cristo que gobernó durante la dinastía de los Hicsos. Él era hijo de Jacob, nieto de Isaac y biznieto de Abraham. Sus hermanos quisieron matarlo por celos, mas fue vendido como esclavo a un egipcio llamado Potifar y quien era capitán de la guardia de Faraón. Allí se destacó como administrador y por enriquecer a su amo. Sólo que por ser de hermoso parecer y joven, la esposa del amo lo quería seducir y por ello lo acosaba permanentemente. Y aunque él se negaba por temor a ofender a Dios y al amo, finalmente la señora, por despecho, lo calumnió y lo echaron a la cárcel.
Mas Dios estaba con él e hizo que de allí saliera derecho al trono de Egipto, a donde llegó para salvar al mundo de una gran hambruna de siete años. Y José no se vengó de sus hermanos, sino que los perdonó y llevó a toda su familia a vivir a Egipto, donde se casó con Asenat y tuvo dos hijos: Manasés y Efraín.
– Bueno, tú historia ser muy bonita, pero yo no arriesgar millones de dólares en algo que no gustar a la gente. Yo querer para mi película un José que se llame Joseph, que tenga unas tres escenas de cama con la mujer de Potifar y que se le gaste el dinero a ese tipo en casinos, licores y mujeres sin ser descubierto. Yo no querer que él se case y tenga hijos, sino que tenga varias amantes. Para eso contrataría varias actrices de moda que sean despampanantes. Además él tiene que vengarse de sus hermanos, debe matarlos y en escenas con muchas explosiones, persecuciones en auto y disparos. Podemos tener unas escenas chistosas y otras de suspenso, así lograríamos un típico producto de la industria cinematográfica, una película apta para el consumo popular. Así es como funciona este negocio. Yo no querer fomentar valores humanos, tampoco enseñar la Biblia. Yo hacer negocios, ganar billete.
Hasta aquí el diálogo hipotético, el cual no dista nada de la realidad que vivimos. En tanto que Dios, en la Biblia, nos presenta verdaderos héroes de carne y hueso con virtudes a imitar, este “mundo” nos quiere vender sus falsos héroes, tipo James Bond.
Si quieres seguir recibiendo los «Devocionales en Pijama» cada día, en tu correo electrónico, o para que le llegue a un amigo, suscríbete a nuestro boletín gratuito en la parte superior derecha de esta página. Saber tu nombre, apellido y país, nos permitirá escribirte de manera personalizada y compartirte notas de interés en tu país.
Si quieres que seamos amigos en Facebook sólo marca «Me gusta» en la siguiente página: https://www.facebook.com/donizettibarrios
Ahora, si deseas disfrutar de buena música orgánica con sonido estéreo digital de alta resolución, da clic AQUÍ.
Tomado de:
«Devocionales en Pijama”
de Donizetti Barrios
Derechos reservados de autor.