Cerrando el tema de los mitos o mentiras populares sobre Dios consideremos tres en los que hay fallas de conceptualización: la Biblia, la iglesia y las jerarquías dentro de la iglesia. En el asunto de la Biblia el error frecuente es considerar que es un libro sagrado de moral, para oficiar ceremonias religiosas y que sólo la deben leer los doctos. Error, pues la Biblia no es un código de moral o manual de ceremonias, sino de salvación y vida.
La Biblia es la Palabra de Dios donde se le declara al ser humano cómo recibir la salvación y cómo vivir en este planeta entre tanto llega al cielo, por eso fue escrita para que todo el mundo la pueda leer. Y esa es la razón por la que se ha traducido a tantos idiomas y dialectos. La Biblia, como Palabra de Dios, es el único alimento autorizado por él mismo para el espíritu humano.
El segundo mito es el de la iglesia vista como un edificio y no como una congregación. Los locales donde se reúnen los cristianos no son iglesias o templos, sino auditorios. La iglesia es una asamblea, un grupo de personas que se reúne en cualquier lugar para adorar a Dios. De hecho los cristianos no tuvieron edificios sino hasta después del siglo IV cuando el imperio romano cesó la persecución, pero iglesia tuvieron desde el siglo I cuando Cristo la creó. Tampoco es exacto llamar al local templo, pues el templo en el Nuevo Testamento es el cuerpo físico del cristiano, donde habita Dios.
Y el último mito a considerar es el de las jerarquías religiosas, algo complicado en las tres vertientes del cristianismo. La primer vertiente es la de la iglesia cristiana ortodoxa, llamada también cristianismo oriental, por tener su sede en Constantinopla, al oriente de Europa. La segunda vertiente del cristianismo es la de la iglesia cristiana católica apostólica romana, llamada también cristianismo occidental, por tener su sede en Roma, al occidente de Europa. Y la tercera vertiente es la de la iglesia cristiana protestante, que salió del mismo catolicismo en el siglo XVI. El protestantismo nunca tuvo una sede oficial por cuanto la iglesia era autónoma en cada país.
Entonces, enfocándonos en el asunto de las jerarquías veamos cómo éstas se han dado en las tres vertientes del cristianismo. En la iglesia ortodoxa el obispo de Constantinopla se erigió como patriarca y jefe máximo de la misma. En la iglesia católica, copiándose el modelo de la monarquía romana, nombraron Papa al obispo de Roma, o papá de todos los obispos, y lo hicieron el jefe llamándole sumo pontífice, que era uno de los títulos del emperador romano. Y a nivel de los protestantes, aunque copiaron la figura del sacerdote católico llamándole pastor, nunca ha existido un jerarca universal, sino diferentes líderes en cada organización y país.
Lo anterior obedece a que en la Biblia no hay niveles de mando, sino de servicio, donde un apóstol o pastor tiene que ser un auténtico sirviente de los demás.
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Tomado de:
«Devocionales en Pijama”
de Donizetti Barrios
Derechos reservados de autor.