Un mito es una mentira, por ello al que miente compulsivamente se le llama mitómano y a la disciplina encargada de estudiar los grandes mitos de la humanidad o de una cultura en particular se le llama mitología, como es el caso de la mitología griega, que aborda el conocimiento de todas las deidades de esta civilización.
Hoy en día se pudiera hacer todo un documental sobre los mitos, las mentiras que la gente a nivel popular se ha creído sobre Dios, el Dios de la Biblia, y que se han transmitido generacionalmente. Uno de los típicos mitos sobre Dios es el que expresa la siguiente afirmación: “Esa mujer es un alma tan buena que seguro que se tiene ganado el cielo”.
Error. Rotundo error. No hay nadie sobre el planeta tierra que se pueda ganar el cielo, ni el Papa, máximo jerarca de la iglesia católica apostólica romana; ni el Patriarca, máximo sacerdote de la iglesia cristiana ortodoxa; ni el más célebre evangelista de la iglesia protestante. La salvación es un regalo, no un premio a la bondad o a los méritos acumulados.
La Biblia es muy clara cuando afirma que todos los seres humanos somos pecadores, todos. Es una condición genética con la que nace el ser humano, sólo que en algunos se manifiesta y desarrolla mucho más que en otros. Hay persona en las cuales el status de pecadores les lleva a los más horrendos crímenes, en cambio en otras, se queda en leves faltas contra la moral o la ética. Pero en ambos casos, ninguno va al infierno por los pecados, sino por el pecado que hay en ellos.
¿Qué quiere decir eso? Que el status de pecado que tiene la persona ya le ha hecho merecedora a la condenación, sin necesidad de que la condición de pecado se haya traducido en diversos pecados.
El pecado es estar separado de Dios, no tener comunión con Él, es una enfermedad del alma, es errar al blanco, es rebeldía pasiva o activa. Pasiva porque no hago, digo o pienso lo que debo. Y activa porque hago, digo y pienso todo lo contrario a lo que Dios desea.
¿Y los que mueren niños se van al infierno? No, ellos tienen la condición genética de pecadores, mas no tienen la conciencia de pecado. Por ello Jesús afirmó que de los tales es el reino de los cielos y nos llamó a los adultos a tener la conciencia como la de los niños.
¿Y si nadie se puede ganar el cielo como vamos a él? Como ningún ser humano se puede salvar a sí mismo, por cuanto le es imposible, le toca a Dios mismo, en persona, ganarse la salvación y luego regalárnosla, para que podamos entrar al cielo, no por mérito propio, sino por los méritos de Cristo.
Y la única manera de poder recibir dicha salvación es reconociendo que somos pecadores y aceptando a Jesucristo como Señor y Salvador. Y esto le resulta fácil a una persona considerada pecadora, pero difícil a la que se cree que es buena porque según ella no mata, ni roba, ni le hace daño a nadie.
Si quieres seguir recibiendo los «Devocionales en Pijama» cada día, en tu correo electrónico, o para que le llegue a un amigo, suscríbete a nuestro boletín gratuito en la parte superior derecha de esta página. Saber tu nombre, apellido y país, nos permitirá escribirte de manera personalizada y compartirte notas de interés en tu país.
Si quieres que seamos amigos en Facebook sólo marca «Me gusta» en la siguiente página: https://www.facebook.com/donizettibarrios
Ahora, si deseas disfrutar de buena música orgánica con sonido estéreo digital de alta resolución, da clic AQUÍ.
Tomado de:
«Devocionales en Pijama”
de Donizetti Barrios
Derechos reservados de autor.