A falta de bastoncitos de algodón, los insectos tienen su propio mecanismo para limpiarse las antenas.
Así lo afirma un estudio reciente publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Pero un equipo de investigadores estadounidenses descubrió recientemente que además son capaces de limpiarse las secreciones que de otro modo podrían interferir con su sentido del olfato.Se sabe que los insectos son capaces de manipular sus antenas – las protuberancias que tienen en la cabeza – para detectar los olores, la temperatura y la disposición física de su entorno.
Este comportamiento se identificó en cucarachas, hormigas carpinteras y moscas domésticas.
"Las antenas de los insectos están llenas de estructuras sensoriales llamadas sensilias, que utilizan para obtener información sobre su entorno, lo cual es esencial para su supervivencia", explicó la autora del estudio, Katalin Boroczky, de la North Carolina State University, en Estados Unidos.
"Las neuronas sensoriales que se encuentran en las sencilias actúan como receptores de las señales externas: la humedad, la textura de las superficies físicas, el sabor o el olor".
Boroczky observó que cuando a las cucarachas se les impedía este proceso, sus antenas se recubrían de una sustancia brillante.
"Se cree que la función principal del aseo de los insectos es la eliminación del material externo de la superficie corporal", explicó.
"En particular, se demostró que los insectos son capaces de eliminar sustancias en polvo y agentes patógenos a través de su mecanismo de aseo".
Analizando la sustancia presente en las antenas de las cucarachas, Boroczky y sus colegas descubrieron que se constituye de lípidos cuticulares, que describen como secreciones naturales cerosas que regulan la pérdida de agua en los insectos.
Para comprender los efectos del mecanismo de aseo, los científicos compararon antenas limpias, con antenas sin limpiar.
Encontraron que las antenas que no habían pasado por el mecanismo de limpieza acumulaban casi cuatro veces la cantidad de lípidos que recogían las que lo habían hecho.
Así mismo, descubrieron que las antenas "sucias" eran menos sensibles a los aromas y a las feromonas sexuales.
"Una cucaracha americana macho tiene miles de sensilias en cada antena, algunas de las cuales albergan neuronas que detectan los compuestos que circulan en el aire, como la feromona sexual femenina producida o las moléculas olfativas del ambiente", dijo la doctora.
Usando un microscopio electrónico para analizar el tema en profundidad, Boroczky encontró que la sustancia cubría los poros de las antenas que estaban conectados a las células receptoras de olor.
Para deshacerse de la suciedad, las cucarachas americanas prefieren llevarse las antenas a la boca con ayuda de sus patas delanteras.
Boroczky y su equipo identificaron a otras especies que también se limpian las antenas, pero mediante métodos distintos.
"La hormiga carpintera se limpia las antenas con las patas delanteras, y en seguida se limpia las patas con la boca, mientras que la mosca doméstica utiliza únicamente su pata delantera", le dijo la autora a la BBC.
"Nuestros estudios distinguen estos tres métodos distintos empleados por los insectos para limpiarse las antenas. Es emocionante pensar en la posibilidad de que otras especies usen mecanismos que aún no hayamos descubierto", concluyó.
Fuente: Ella Davis BBC