(Romanos 15:4).
Cuando tú crees que le estás enseñando teología a un grupo de chicos en una pizzería usando recursos electrónicos, lenguaje moderno y atractivas técnicas expositivas, ellos son los que te sorprenden enseñándote a ti que la finalidad de la Biblia no es fundirte las neuronas, ni hacerte la vida más complicada, sino darte lecciones prácticas para que las pongas por obra en cada aspecto de tu existencia.
Por ejemplo, si preguntas qué aprendieron, después de una enseñanza del Éxodo de los judíos 40 años por el desierto, tal vez te dejen boquiabierto con comentarios como los siguientes:
– Brother, que si te volvés más terco que una mula una travesía que debe durar 40 días se te puede volver 40 años. Tenés que obedecer al Señor y punto, listo, eso es todo.
– Que si tú quieres ser un buen líder no tienes que ser el típico viejito de 80 años barrigón, neurótico, andropáusico y que anda con un garrote y varios guardaespaldas por el campamento. Puedes ser como Moisés, que aunque era el hombre más humilde y manso sobre la tierra era un líder. No porque se impuso, sino porque Dios lo puso por líder y Él lo respaldaba. Y si alguien se metía con Moisés se estaba metiendo con Dios mismo y por ello debía atenerse a las consecuencias.
– Que no falta el que critique a tu mujer, que porque es chiquita, que porque es flaca, que porque es blanquita, que porque es callada o porque habla mucho. Mientras Dios apruebe esa unión y la morenita le guste a Moisés y Moisés esté feliz con su morenita, que la gente diga lo que quiera y se reviente de la rabia, eso no debe importarnos.
– Que un desierto tiene que ser un camino no un lugar de residencia. Es el paso de un Egipto, que simboliza esclavitud, a un Canaán, que simboliza libertad. Canaán también es tierra de cumplimiento de promesas, es el lugar donde fluyen la leche y la miel. Jamás el desierto se me tiene que volver mi casa, tiene que ser solamente un trayecto hacia mi casa.
– Que Moisés se murió joven a los 120 años, lleno de vida y con una vista de jovencito. Y que aunque no entró a la tierra de Canaán, se fue a una tierra prometida celestial.
– ¿Vos sabés que aprendí de este man? Que aunque pensés que has echado 80 años de tu vida a la basura, aunque nadie te conozca, aunque no tengás contactos, aunque seas tartamudo y aunque tengás dos hermanos criticones, aún así, Dios te puede usar con poder.
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Tomado de:
«Devocionales en Pijama”
de Donizetti Barrios
Derechos reservados de autor.