Tal vez te sorprendas al subirte a un ascensor en Estados Unidos, buscar el botón del piso 13 y no encontrarlo, porque del 12 brinca al 14. ¿Y qué pasó? ¿Error de diseño? ¡Noooo, que va! Es simplemente que no existe el piso 13. ¡De veras! Y todo obedece a una cábala, a supersticiones, nada más que a eso. Algunos incluso hablan del fatídico número 13. Otros citan de que en martes 13 ni te cases ni te embarques.
Y cómo te parece que en la Biblia, en 1 Corintios, capítulo 13, versículo 13, está una declaración que es de vital importancia para el cristianismo: “Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor”.
La fe es importante, mucho, porque es la confianza, la certeza, la convicción de que Dios existe y de que podemos relacionarnos con Él y recibir muchas cosas de su parte sin necesidad de verlo o tocarlo. La esperanza igualmente es relevante, porque es tener la seguridad de que Dios cumplirá cada promesa que ha hecho en la Biblia y que lo hará con todos los detalles y en el tiempo que él prefijó. Pero el amor es todo un capítulo aparte, sí, lo es, por ello en el Nuevo Testamento es la virtud de la que más se habla.
El evangelio, o la buena noticia de la salvación, se inició por amor, nada más que por eso. Fue tan grande el amor de Dios por la humanidad que llegó al extremo de entregar a su único Hijo para que muriera en la cruz en rescate por ella.
Y es por ese mismo amor que el Señor sigue buscando a cada persona de este mundo para salvarle y mejorarle la vida. La orden para todo cristiano es que ame a Dios por sobre todas las cosas y que ame a las personas que tenga próximas de la misma manera como se ama a sí mismo. Es más, debe amar inclusive a su enemigo para que ese amor tenga un valor mayor que el de cualquier otro ser humano, pues aún las personas malas se aman entre ellas, mas la verdadera virtud está en amar al enemigo. Y si deseas obedecer a Dios debes hacerlo porque lo amas y no porque te da miedo ir al infierno, o porque temes a las represalias, o porque quieres recibir recompensas, o porque deseas presumir de que eres muy santo.
El apóstol Pablo dice que ninguna obra de caridad cuenta si no se hace con amor, no importa si vendes todos sus bienes y das el dinero a los pobres; si no lo haces con amor, de nada vale. El apóstol Juan, por su parte, señala que si alguien no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. Y añade que quien odia a su hermano ya es un homicida, porque debe amarlo, pero no poética o románticamente, sino de manera práctica, sin misticismos, interesándose en sus necesidades y tratando de ayudarle.
Y si Juan 3:16 dice que Dios entregó la vida de su Hijo en rescate por nosotros, 1 Juan 3:16 agrega que así como Dios entregó su vida por amor a nosotros, nosotros debemos estar dispuestos a entregar nuestras vidas por amor a los hermanos en la fe. El amor es la esencia del cristianismo, sin él no hay vida espiritual. Si un cristiano no está lleno de amor debería dudar de su conversión espiritual, porque sin amor no hay cristianismo. Que no se te olvide nunca lo lindo y significativo del 13 en la Biblia, en 1 Corintios 13:13.
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Tomado de:
«Devocionales en Pijama”
de Donizetti Barrios
Derechos reservados de autor.