Gozar de la protección de Dios no es una licencia para buscar los más osados peligros y trasegar descuidadamente por la ruta de la irresponsabilidad. Sí, el Señor ha prometido cuidarnos y enviar a sus ángeles como custodios para que nos libren de toda clase de amenazas y allanen nuestro camino para que no suframos daño.
Pero ello no significa que podamos tentarlo buscándonos problemas y arriesgándonos innecesariamente para pretender que Él llegue, cual súper héroe de televisión, y nos rescate en sus brazos.
Tal fue la tentación del Diablo a Jesucristo. Le dijo que se tirara de cabeza desde el pináculo del templo, puesto que el Salmo 91 dice que Dios mandará sus ángeles para que nos cuiden y no nos lastimemos. La respuesta de Jesucristo también fue usando la Biblia: “no tentarás al Señor tu Dios”.
Satanás, para sorpresa de muchos, se sabe la Biblia, aún llega a predicarla, pero usando todo texto fuera de contexto para volverlo pretexto. Dicho de otra manera, usa la verdad para encubrir una mentira. Toma la mentira, le da un barniz de verdad y la presenta como verdad.
Él no predica la verdad, sino la mentira disfrazada de verdad. Usa la verdad para manipular y engañar, la acomoda de acuerdo a sus intereses y no de acuerdo a los intereses de Dios.
Jesús, en cambio, toma el texto dentro del contexto para evitar el pretexto. Usa la verdad para bien, no para mal, la aplica de acuerdo a los intereses de Dios y no de acuerdo a intereses egoístas. Él nunca usaría versículos para sacarle dinero a la gente, para ejercer dictaduras religiosas o para tentar a Dios.
Y claro que sabía que si se tiraba desde el templo, Dios enviaría ángeles para sostenerlo justo antes de estrellarse contra el piso, pero, ¿era esa la voluntad del Padre?
¿Le pidió el Señor subirse a esas alturas donde se sufre de vértigo y donde es resbaladizo, sólo para ver cómo cae y cómo los ángeles lo rescatan? Rotundamente no. Además, si tuviera que tirarse de cabeza para ver si Dios y sus ángeles lo preservaban no estaría demostrando fe, sino duda.
Cree que Dios y sus ángeles te van a cuidar siempre, en todo lugar y tiempo, pero no debes tentarle y asumir riesgos tontos.
Desde la copa del árbol, el sabio búho Antón, instó a los animales del bosque a escuchar su razón: “Vive tranquilo como si fueras don León, pero sé tan precavido como lo es el señor Ratón”.
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Tomado de:
«Devocionales en Pijama”
de Donizetti Barrios
Derechos reservados de autor.