Invitaron a la Biblia a una breve rueda de prensa internacional con estudiantes de periodismo de diferentes países y el primero en hacerle una pregunta fue el de Cuba:
– ¡Cosa ma grande caballero! Dime una cosa, ¿por qué te llamas Biblia?
– Porque en griego Biblia quiere decir los libros, es el plural de Biblion, que significa libro. Y me llamo Biblia porque yo soy una colección de libros.
– ¡Órale! – dijo el mexicano – pues qué onda con tantos libros, ¿y cuántos son?
– Somos 66 libros divididos en dos grupos, 39 en el Antiguo y 27 en el Nuevo
– Oíste pues papá – intervino el colombiano – ¿cómo es eso de antiguo y nuevo?
– El Antiguo Testamento o Antiguo Pacto o Antigua Sangre, son los 37 libros que se escribieron antes de Jesucristo. Y el Nuevo Testamento, o Nuevo Pacto, o Nueva Sangre, son los 27 libros que se escribieron después de Cristo.
– Ejcuchame ché – expresó el argentino – ¿cuál es el resumen de lo que vos decís?
– El Antiguo Pacto dice: “El Mesías viene”. El Nuevo Pacto dice: “El Mesías ya vino, se fue pero volverá en breve”. Y todo el libro dice: “Soy tu manual de salvación”.
– ¡Al tiro po! – habló el chileno – ¿estai muy viejo vos? ¿Cuándo te ejcribieron?
– El Antiguo Testamento tardó en escribirse 1900 años. El Nuevo sólo 100.
– Mira mi pana – interpuso el venezolano – ¿y cómo cuántos autores tienes tú?
– No puedo decirlo con exactitud, pero son más de 40 escritores
– Pues que sólo te he querio preguntar – dijo el español – en cuántos idiomas te escribieron, porque ahora habéis sido traducida a todos los conocidos
– El Antiguo Pacto se escribió en hebreo con unas pocas frases en arameo, que era el idioma de Aram, o Siria. Y el Nuevo se escribió en Koiné, un griego popular.
– Yo también quiero preguntar peeee – habló el peruano – ¿dónde te ejcribieron pee?
– Fui escrita en tres continentes: Asia, África y Europa
– Yo tengo una pregunta, tú ve – expresó el dominicano – hay un amigo que es un tigre y él dice que hay Biblias que tienen 75 libros. ¿Cómo e la cosa?
– Las Biblias católicas tienen nueve libros adicionales que se llaman apócrifos y que aunque no fueron inspirados por Dios sí tienen valor histórico y literario.
– ¡Bendito nene! sólo quiero preguntal cúando se te añadieron capítulos y versículos
– En el siglo 16 en París, mi amigo Puertorriqueño. ¡Señores, gracias por la entrevista!
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Tomado de:
«Devocionales en Pijama”
de Donizetti Barrios
Derechos reservados de autor.