(Eclesiastés 3:1; Efesios 5:15-16).
No hay excusa, pues a todo el mundo se le reparte por igual este recurso, todos los días y puntualmente, así es que desde el multimillonario hasta el más pobre cuentan con este regalo que es imposible de rechazar. Y hay que añadir que dicho presente se consume en el acto, de manera que se aprovecha o se desaprovecha, es decisión de cada quien. Tampoco se puede recuperar, una vez que se da, se gasta, o se invierte.
Este recurso es el tiempo. Son 24 horas diarias que se le dan a todos, así que hay que ser inteligentes para invertirlas, no para gastarlas, sino para invertirlas. Y esos 1440 minutos los puedes poner a producir así:
1. Invierte tiempo en trabajar, en ocuparte en algo productivo y de beneficio personal y social. No importa si no es un empleo formal en una industria, tú puedes generar tu propia labor.
2. Invierte tiempo en dormir y descansar, pues tu organismo es una maquinaria de alta complejidad y requiere reposo, de lo contrario te pasará factura y perderás la garantía.
3. Invierte tiempo en comer sano, tranquilo y despacio, pues un combustible de alta calidad te dará mayor kilometraje, mayor rendimiento y más resistencia a enfermedades.
4. Invierte tiempo en hacer deporte, no sólo te liberarás de estrés, toxinas y sobrepeso, sino que tu mente y cuerpo se deleitarán y ofrecerán mejor respuesta a las exigencias.
5. Invierte tiempo en estudiar y prepararte mejor, eso sí elevará tu cotización laboral.
6. Invierte tiempo en compartir con la familia, son lazos de unión que deben mantenerse muy cortos. La armonía y la unidad del hogar son tesoros muy valiosos e intransferibles.
7. Invierte tiempo en socializar, si te encierras en ti mismo te saldrá moho y olerás mal.
8. Invierte tiempo en decirle no a aquello que te robe minutos que luego vas a necesitar.
9. Invierte tiempo para amar al prójimo y dejarte amar. Pero sobre todo, con tu pareja.
10. E invierte tiempo a solas con Dios, orando y leyendo la Biblia, así extraerás riquezas eternas. Y al menos, una vez por semana, congrégate con gente que adora a Dios.
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Tomado de:
«Devocionales en Pijama”
de Donizetti Barrios
Derechos reservados de autor.