El que haya médicos que recomienden cirugías a sus pacientes sin que las necesiten y simplemente por sacarles dinero, no descalifica la verdad de que las cirugías son una práctica necesaria y que la profesión de la medicina es honorable. Así también, el hecho de que existan predicadores cristianos que abusen de la generosidad de la gente y le saquen todo el dinero y hasta la lengua, no descalifica el que el dar generosamente sea una verdad espiritual para prosperar y que la labor de la predicación sea de alta estima.
El sabio Salomón escribió en su libro de Proverbios de la Biblia, en el 11:24, que quienes son generosos reciben en abundancia, y que aquellos que ni siquiera sus deudas pagan acaban en la miseria. Esto por supuesto va en contravía del pensamiento de muchos a nivel popular que creen que una persona sólo puede hacerse rica si en lugar de suplir sus necesidades básicas y pagar sus deudas, se dedican a acumular y a retener el dinero.
Aparentemente, según las matemáticas, tiene más dinero el que se ganó $1000 y no le pagó a nadie y hasta aguantó hambre para seguir con los mismos $1000, que aquel que se ganó $1000 y después de comprar lo básico para subsistir y pagar sus deudas y compromisos, sólo se quedó con $100. Pero cuidado, no nos dejemos engañar, el primero es realmente un pobre, un miserable que aguanta hambre, sufre, tiene mal prestigio y hasta se cree el cuento de que es el dueño de los $1000 a los cuales se aferró.
Mas la verdad es al contrario, él no es el dueño de esos $1000, sino que esos $1000 se adueñaron de él y le están acabando la vida, debido a que no se ha dado cuenta de que el dinero es un buen siervo, pero un pésimo amo, déspota y cruel.
El dinero es un buen medio para la adquisición de bienes y servicios, pero es un pésimo objetivo por sí mismo. El dinero se multiplica cuando se da generosamente con alegría y sabiduría, pero es incapaz de reproducirse en cautividad. El dinero funciona cuando se usa para el crecimiento de las personas, pero falla cuando usa a las personas para el crecimiento de más dinero.
El dinero debe servirte para honrar a Dios, no convertirse en tu Dios. El dinero debe ser administrado en tu vida, y nunca el administrador de tu vida. De ninguna manera lo expuesto anteriormente es un aliciente para no ahorrar y ser derrochadores, sino una alerta para no empobrecerse acumulando dinero ilusamente.
Hay que prosperar, pero al estilo de Dios, pues el Señor sabe bendecir al dador alegre. Él ha prometido recompensar con abundancia al que da con alegría y ama el compartir.
Si quieres seguir recibiendo los «Devocionales en Pijama» cada día, en tu correo electrónico, o para que le llegue a un amigo, suscríbete a nuestro boletín gratuito en la parte superior derecha de esta página. Saber tu nombre, apellido y país, nos permitirá escribirte de manera personalizada y compartirte notas de interés en tu país.
Si quieres que seamos amigos en Facebook sólo marca «Me gusta» en la siguiente página: https://www.facebook.com/donizettibarrios
Ahora, si deseas disfrutar de buena música orgánica con sonido estéreo digital de alta resolución, da clic AQUÍ.
Tomado de:
«Devocionales en Pijama”
de Donizetti Barrios
Derechos reservados de autor.