(Romanos 6:13).
No existen guitarras eléctricas cristianas y guitarras eléctricas seculares. Tampoco consolas de sonido cristianas y consolas de sonido seculares. No hay ni radios cristianas ni radio seculares. Tampoco existen la música cristiana y la música secular. Y ni se le ocurra pensar que en la iglesia hay dinero cristiano y en la calle hay dinero secular.
Esas divisiones no existen en la Biblia, no tienen ningún fundamento en las Escrituras y son meramente producto de la cultura religiosa. Lo que si encontramos en la Biblia es un llamado a hacer un uso correcto de cada cosa que Dios pone en nuestras manos, sean guitarras eléctricas, consolas de sonido, radios con permisos gubernamentales, dinero bien habido, etc.
Aún de cada miembro de nuestro cuerpo físico debemos hacer un uso adecuado que redunde en beneficio propio y ajeno. Por ejemplo, las zonas erógenas de nuestra naturaleza física no son malas o pecaminosas en sí mismas, como llegaron a pensar algunos fanáticos en la antigüedad, incluyendo a Orígenes, un famoso líder cristiano y teólogo del siglo III en Alejandría, quien en su austeridad llegó a cortarse los órganos viriles para hacerse eunuco por motivos del evangelio.
El consejo del apóstol Pablo a los cristianos de la iglesia en Roma, en el capítulo seis versículo 13 de su carta es el siguiente:
“Muchachos, el cuerpo que ustedes tienen no es pecaminoso, es santo, en él vive el Espíritu Santo, por lo cual deben cuidarlo y respetarlo.
Pero, en nuestra naturaleza humana existe el pecado, no los pecados, sino el pecado, en sentido genérico, es decir, la carne, la concupiscencia, los deseos de hacer cosas malas, prohibidas.
Entonces, como ustedes ya son cristianos y han podido, por el poder del Espíritu Santo, dominar la carne, la naturaleza pecaminosa, por favor, no permitan que dicha carne use los miembros de su cuerpo para actos inmorales.
Grábense esto en sus cabecitas, el cuerpo no es para la fornicación, sino para el santo deleite sexual con la persona que Dios les conceda para toda la vida.
Recuerden que el cuerpo, la parte física, la parte material de ustedes, no es malo, es santo, limpio, puro. Pero, la carne, la parte inmaterial, la parte no física, el instinto pecaminoso, ese sí es sucio, feo, impuro.
Entonces, ya saben, no permitan jamás que la carne use sus cuerpos para sus fechorías. Más bien presenten los miembros de sus cuerpos a Cristo para que Él los use como instrumentos de justicia.”
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Tomado de:
«Devocionales en Pijama”
de Donizetti Barrios
Derechos reservados de autor.